#23 Gatos, hospitales y las Kardashian

Febrero ya está aquí, y ayer esta plataforma me recordó que llevo dos años en ella. Eso significa que llevo dos años escribiendo sobre gatos sin un propósito concreto, simplemente por el puro placer de escribir e investigar sobre ellos. El mismo placer que espero transmitirte hoy con todo lo que te cuento. Hoy te traigo un poco de cultura de internet y una pequeña pesadilla personal. ¡Vamos allá!

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Este mes mi gata Rita ha estado ingresada en el hospital de gatos, ahora ya está en casa y “bien” pero me ha dado por pensar mucho y sufrir bastante más. También me ha dado por hacerle muuuuchas fotos. Dudo que su alma, a causa de las infinitas fotos que le estoy tomando, se vea dañada. Así que, en este inicio de duelo sostenido, lleno mi carrete con todas las fotos y vídeos que pueda atesorar.

Nota de la Autora: Secretamente, siempre he creído en lo que decían los nativos de América: que un retrato fotográfico puede robarte parte del espíritu. Por eso, yo, evito a toda costa salir bien en las fotos. Siempre fuerzo una mueca para evitar que se lleve la parte buena de mi alma.

Si algo he aprendido en este ir y venir a urgencias veterinarias es que, aunque los gatos no pongan caras de placer o dolor, sí pueden expresar cierto malestar a través de sus expresiones faciales. Y este malestar puede medirse con una herramienta llamada 🔗 La escala de Grimace o La escala de mueca felina, que evalúa el dolor agudo en los felinos.

Me he pasado mucho rato mirando este esquema y luego a Rita, buscando los síntomas de “dolor marcado” y los tenía todos, pobrecica.

Hay varios indicadores más, a parte estos tres —orejas, ojos y bigotes— como el de la posición de la cabeza. Si la cabeza está por debajo de la línea de los hombros, es señal de que está experimentando mucho dolor. Es algo típico en los gatos: agachan la cabeza y miran al suelo. Y ya te digo que no es buena señal.

N de la A: Si tienes gatos échale un ojo 🔗 a este pdf completísimo con todos los indicadores del dolor, nunca se sabe... 

También he aprendido el poder consolador que tiene el ronroneo para ellos. Rita, por ejemplo, se pasó una noche ronroneando, y no por placer, sino porque algo le dolía y así se calmaba. El ronroneo como una nana felina. ¿Sabías que los humanos lloramos con el mismo objetivo? Calmarnos. Yo no lo sabía y me ha parecido que tenía mucho sentido.

Por cierto, fui haciendo un diario más o menos ilustrados de esos días de estrés y pánico máximo en el hospital de gatos. Lo puedes ver 🔗aquí (está en mis destacados de instagram)

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Le agradezco mucho al algoritmo que todo el contenido que me sugiera sea de gatos.

• En primer lugar, porque es un tema que me gusta, claro, pero sobre todo, porque me aleja de contenido que me interesa cero (tradwife, skincare routine, vidas de famosos,…)

• En segundo lugar, y punto fundamental, porque me está facilitando mucho encontrar contenido para esta mewsletter.

• Y en tercer lugar, porque me descubrió algo increíble: el programa de televisión, 🔗 The Kattarshians.

The Kattarshians es, en realidad, una campaña de publicidad islandesa ideado por una productora audiovisual para concienciar sobre la adopción de animales. Para ello, se creó un canal de youtube donde los usuarios podían ver durante las 24h del día a diferentes gatitos jugar y convivir en una pequeña casita rollo Barbie. Supongo que la idea fue un cruce entre Gran Hermano, versión gato, y evidentemente, el show de televisión de las Kardashian.

No te vas a creer que el canal de Youtube tuvo tanto éxito que terminó teniendo su espacio en la Televisión islandesa. ¡El poder del gato no tiene límites!

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Estoy embobada con esta cuenta de instagram llamada 🔗 windowkitty Recopila fotos de gatos mirando por la ventana, como si reflexionaran sobre la vida o se apuntaran todos los secretos del vecindario. Ahora mismo no hay nada que me de más placer y más risa que ver estas fotos. Te lo recomiendo, hay algunas muy buenas.

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💙   Hasta aquí llega hoy Gatos, tu magacín cultural felino de confianza 💙 

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