Noviembre está siendo un mes intenso, la primavera se ha quedado pegada como un post-it que quiere caerse pero no, la Navidad está cerca y el cansancio es un eterno mantra. Pero, en esta mewsletter de confianza, no paramos nunca porque hay que seguir dándole atún al gato y limpiando areneros. ¡Bienvenidx!
La humanidad, como bien sabes, ha creado múltiples e infinitas cosas. Entre ellas las dictaduras. Por ejemplo, encontramos las dictaduras militares:
Nota de la Autora: qué bellos momentos nos trae el Interné
O las de partido único, las personalistas, las monárquicas,... pero también hay una que nos jode la existencia a más de una (sí, sí, a los señores también) que es la DICTADURA DE LA AUTOIMAGEN.
Cuando era pequeña me asombraba que el cuerpo hubiera sido diseñado para encarar la vida de frente, en un plano subjetivo eterno. Y cómo me cabreaba ese plano subjetivo. ¿Por qué los ojos no podían estar en el otro lado? Seguro que la naturaleza hubiera diseñado a la perfección un tercer ojo con un brazo articulado o alguna sofisticación similar para que nos pudiéramos auto-ver (fig.1).
¿Desaparecería la tendencia a mirarnos en los escaparates? ¿La vanidad sería un recuerdo? Ni idea. ¿Nos han quitado la capacidad de vernos en subjetividad para no caer en una especie de narcisismo opiáceo? ¿En una espiral de auto observación perpetua? Tampoco lo sé (qué quieres que te diga esto es sólo una newsletter de Gatos…)
Todo estos pensamientos me vienen a la cabeza cuando estoy muy cansada y mis ojos, que se achinan para enfocar el mundo, ven la realidad de otra forma. Soy entonces un zombie ambulante a quien se le desarrolla el superpoder de la observación. Y veo caras, cuerpos, formas y calvas como si fuera la primera vez. Y los pechos de una señora, que le llegan a la cintura, me embelesan, o la danza del vientre de un chico con sobrepeso, o los músculos cilíndricos de las piernas de los ciclistas… o la barriga colgandera de mi gata.
Primordial –
Siempre pensé que mi gata, tras la operación de estirilización (y la edad), había echado tripa, tan flaca que es. Y yo, adoctrinada como estoy con lograr una perfección física imposible que nos ha impuesto la normatividad patriarcal, reñía a mi gata y le decía: “Rita! ¿Y esa tripa de dónde sale? Tendremos que ponerte a dieta” (DIETA. Palabro maldito).
Y aquí te traigo un dato: mi gata no tiene barriga, mi gata tiene lo que se llama bolsa primordial (fig.2). Parece flacidez pero no lo es. Tiene la apariencia de un pellejo colgandero entre el abdomen y las patas traseras y sí, tiene un nombre y una función. Nombre: bolsa primordial. Función: capa protectora.
Así que queridx amigx, lo que pudieras considerar defectos no lo son, son capas protectoras primordiales. ¿Tu michelín? Es primordial. ¿Tus arrugas? Son primordiales. Tu culo gordo es primordialísimo, y tu cuerpo, cada día está más bueno.
Existir estando a gusto es primordial, queridx Catson.
Como bien sabes: filia en griego significa “amor” o “amistad”. En castellano se usa para determinar cierta “simpatía o afición por una determinada persona o cosa”.
N de la A: Así, a bote pronto, como ejemplo, hay una filia denominada autoscopofilia que es aquella en la que se obtiene excitación sexual por observación de los propios genitales. Es verdad, esto no tiene nada que ver con gatos pero el dato me ha parecido fascinante.
Y como es evidente no podía faltar una filia felina, esta es la ailurofilia (difícil de pronunciar y de recordar, también es cierto). Si te preguntas su etimología es clara: ailuro significa gato en griego. ¿Suena más a nombre de pescado? Cierto. Pero no.
Sin embargo, toda filia puede convertirse en una obsesión y puede llegar a ser patológico si la atracción se vuelve incontrolable. Ahí llegamos al Síndrome de Noé que es aquel trastorno que te empuja a acumular gatos (u otros animales) y no darles el cuidado adecuado. Lo que vendría a ser conocido coloquialmente como unx “locx de los gatos”.
N de la A: en capítulos anteriores ya te habé del síndrome de Stendhal y del Síndrome de París, recupéralo aquí
💙 Hasta aquí llega hoy Gatos, tu magacín cultural felino de confianza 💙
Maravilloso!