En la mewsletter de hoy hablaremos de caca, caca humana, y de cómo unos gatos salvaron una ciudad. También de literatura japonesa y de una expresión en castellano que probablemente hayas oído muchas veces. ¡Bienvenidx a este rincón felino! En este hemisferio ya hemos entrado en la primavera.
A inicios del siglo XIX, la ciudad de Chicago creció de 200 a 110.000 habitantes en menos de 30 años. Esta pequeña ciudad de provincias, territorio robado a los nativos americanos, bebía del lago Michigan, sobre el cual bordeaba.
El rápido crecimiento de población trajo consigo un problemilla considerable de residuos humanos, término también conocido como excrementos. Y entre el agua del lago y el exceso de excrementos Chicago se convirtió en una ciénega pestilente en la que las enfermedades como el tifus, la tisis, la disentería, las diarreas o la cólera campaba a sus anchas.
Había que encontrar una solución. Era crucial construir un sistema de alcantarillado, ¿pero cómo si no había espacio bajo los edificios?
El gobierno de la ciudad y el equipo técnico tuvieron que pensar en varias opciones: derribar los edificios no era viable, claro. ¿Pero cómo canalizar las aguas grises si los edificios estaban ahí en medio?
La solución que se eligió, entre otras muchas, fue la que a priori suena más peregrina: elevar los edificios de la ciudad, casi cuatro metros por encima del nivel del mar, empleando cientos de gatos hidráulicos que dejaron suspendidas manzanas enteras de edificios, algunos de cuatro o cinco plantas.
Lo más divertido de todo es que, mientras duró la operación, la gente podía hacer vida normal, ir a la compra, vivir en sus casas, trabajar en esos edificios, mientras lentamente, los gatos hacían el trabajo.
→ Esta historia alucinante la saqué de un tuit de Pedro Torrijos. Os dejo el hilo por si queréis saber más.
El otro día paseaba por las calles de Gràcia, en Barcelona, cuando entré por casualidad a una tienda dedicada a la cultura japonesa. Me llevé una sorpresa enorme al ver la colección de libros que tenían y cuyo tema principal eran los gatos: novela, biografías, autoficción,…
De entre los libros que había tenían “Soy un gato”.
“Soy un gato” es la novela satírica que el escritor Natsume Sōseki escribió en 1905. Es una novela de casi 600 páginas que describe a la burguesía de la Era Meiji de inicios de siglo explicado a través de los ojos de un gato. Es muy divertida aunque tratan fatal al gato protagonista (que no tiene nombre).
Nota de la Autora: El precio de la novela es de casi 25 € (ed. Impedimenta) pero ahora lo puedes encontrar en bolsillo a 10 €.
No es difícil adivinar el origen de la expresión “dar gato por liebre”, ¿verdad?
Según mis fuentes consultadas, esta expresión se remonta a la Edad Media, o sea, que lleva navegando civilizaciones durante siglos. Y su uso actual se refiere a un engaño o intentar engañar a alguien dando algo de un valor menor a un precio mayor, por ejemplo.
En épocas de carestía, hambruna y guerras era normal comer palomas, ratas o gatos. Y la pillería también era habitual, por lo que podía ser normal que te intentaran vender carne de liebre y resultar ser un gato despellejado.
Si de golpe te ha entrado hambre, en la mewsletter número 4 compartí una receta de “Gato a la olla” que puedes recuperar aquí:
💙 Hasta aquí llega hoy Gatos, tu magacín cultural felino de confianza 💙
Holaaaa. Acabo de descubrirte y justo ayer descubrí una ciudad donde tienen al gato por emblema: Cali, Colombia. Todo se debe al pintor y escultor Hernando Tejada (te dejo extracto de un texto): Los gatos simbólicos los introdujo por primera vez en la ciudad, el escultor Hernando Tejada, cuando en 1996 erigió a orillas del río Cali, una gigantesca escultura en bronce, en homenaje a la diosa Bastet.
A partir de allí, los felinos comenzaron a proliferar en la ciudad. Fue así como el sobrino de Tejada, Alejandro Valencia, en alianza con Julián Domínguez, el presidente de la Cámara de Comercio de la época, lanzaron el concurso titulado ‘Las novias del gato’, donde participaron importantes artistas del país como Ómar Rayo, María Teresa Negreiros, Lucy Tejada, Diego Pombo, Rosemberg Sandoval, Mario Gordillo, Maripaz Jaramillo y Nadím Ospina, entre otros, quienes crearon el parque “Las gatas del gato”, hoy visitado por turistas nacionales e internacionales.
Te mando enlaces por si te inspira a escribir algo:
https://www.elpais.com.co/entretenimiento/cultura/esta-es-la-historia-real-detras-del-emblematico-gato-de-tejada-y-sus-gatas.html
https://www.elpais.com.co/quedate-en-casa/el-gato-de-tejada-la-historia-secreta-del-felino-mas-querido-por-los-calenos.html
Qué lindo recibir estos boletines! Gracias :)