Esta mewsletter te llega hoy teñida, un poco, de desesperanza. Este 2025 no arranca en buenos términos y, si tuviéramos unos prismáticos que atravesaran el tiempo, veríamos cómo el Titanic choca contra el iceberg de la estupidez y se hunde en la ciénaga de la humanidad. Ya ves, a veces, en este rincón felino, también llega el desasosiego. Por suerte, te traigo música para cambiar el mood. ¡No todo puede ser todo el tiempo malo!
La guerra. El desastre. La deshumanización. El miedo.
Vivimos tiempos en los que “cada día” se convierten “en un día histórico”, y siempre por algún desastre que envuelve a la humanidad. Es imposible escribir un magacín sin tener en cuenta el contexto, porque el contexto está siempre presente y hace que todo cambie. El humor cambia. Los sueños cambian. Las esperanzas cambian.
Cuando dos placas tectónicas chocan, la colisión es tan fuerte que nacen cordilleras. Es fascinante pensar que, del caos, nace una montaña, con sus árboles, sus riachuelos y su fauna silvestre.
Un conflicto no es una placa tectónica, pero el estruendo que produce, –al chocar una con la otra–, debe sonar igual de fuerte que un desastre, un desplazamiento forzoso o el horror mismo.
La guerra es el desastre más obsoleto y rancio que existe. Y, sin embargo, aquí seguimos, a la deriva, dirigidos por hombres que se congratulan de la miseria ajena, hombres sin alma, anclados en un sistema que ya fue.
En las guerras hay muchas cosas que no vemos, a pesar de la retransimisón en directo de cada bomba que cae fulminando a cientos de personas en un campo de refugiados. Una de esas coas invisibles son las consecuencias que la devastación tiene sobre los animales (podemos rellenar este campo con cualquier mascota, gato, perro, pájaro, reptil, mula, vaca, ganado o insecto).
En Palestina, 🔗 así como también sucedió en Siria, hay personas que se dedican a cuidar a los gatos que el genocidio dejó atrás. 🔗 Los alimentan, los cuidan, pasan horas con ellos,… Son un refugio entre tanto dolor.
Hay un fenómeno llamado 🔗 “desgaste por empatía”, mediante el cual dejamos de poder sentir el dolor ajeno como resultado de exponernos al sufrimiento de otras personas.
Una técnica para no desviar la atención de algo terrible y dejar de hablar de ello es poner el foco en los animales, porque, ante el horror, empatizamos más con un gato que no sabe qué pasa que con un ser humano que, racionalmente, sufre.
En esta entrada de la mewsletter te hablé de la importancia del gato en la religión musulmana. ¡Léelo para saber más!
Lo sabemos, el universo tiende a expandirse hacia los gatos. Es decir, el gato se impone.
🔗 Cuando mi gata Luisa, que en paz descanse, tuvo su primer y último celo, busqué en internet tips para calmarle su deseo ferviente de tener relaciones íntimas con un gato. Uno de los que me aparecieron fue la música. Le puse unos videos de youtube y funcionaron… ¿4 segundos? Sí, puede que menos.
Sin embargo, amigos y amigas de esta mewsletter, la expansión del universo también ha llegado a la música y ahora sí que sí he descubierto buena música celestial para gatos. El encargado de dicho éxito es 🔗 el compositor estadounidense David Teie.
La investigación de Teie para crear su “music for cats” no fue tarea sencilla. Durante años, se embarcó en la árdua búsqueda de sonidos que pudieran fascinar y relajar a un gato por igual.
En muchas de sus piezas musicales se escucha un ronroneo de base, algún maullido que se confunde con una nota de violín y sonidos que entretejen melodías bastante bonitas para todo tipo de oídos, felinos y humanos.
Y sí, funciona.
Nota de la autora: funcionar, funciona, pero no sé si para calmar o para que alucinen lo más fuerte. Pruébalo y me dices qué tal.
Hace dos meses entró Fidel a mi casa, un gato de cinco meses, negro como el betún y de ojos verdes. Decidí acogerlo temporalmente hasta que encuentre un nuevo hogar. En la protectora no pueden darle los cuidados que necesita y, bueno, no me pude resistir.
Y aquí seguimos, haciéndonos cada día más amigos, echándonos siestas en el sofá,…
Mientras tanto, Rita, mi gata, le odia con todas sus fuerzas y le observa con un rencor profundo desde el otro lado fortificado de la casa.
Lo he bautizado como “el Muñeco” porque es precioso. Si quieres adoptar a un gato negro y encantador que te hará muy feliz, ¡silba!
💙 Hasta aquí llega hoy Gatos, tu magacín cultural felino de confianza 💙
temazo el que tratas en esta newsletter 💔 La empatía de estos bichitos hace que sufran el doble en casos así.
Me gusta mucho lo que expresas Júlia. Me alivia que sientas dolor y rabia por lo que ocurre.
Quiero a tus gatos.